Visita Rohani a Holland

¿Occidente tiene que ocultar sus «vergüenzas» para agasajar a un invitado? Con la reciente vivista del presidente iraní, Hasan Rohani,  a países como Italia o Francia se ha demostrado como occidente se ha apresurado a tapar símbolos y tradiciones que podían molestar la sensibilidad de un ferviente seguidor de Mahoma.

Desnudos del museo vaticano fueron ocultos tras mamparas opacas, la República francesa cambió un almuerzo, en los que por tradición siempre se sirven vinos franceses, por una merienda más light en sus bebidas. Café o té en vez de aromáticos borgoñas, burdeos o champagnes.

El mundo del protocolo se ha revolucionado preguntándose hasta que punto debemos dejarnos llevar por las costumbres de los que nos visitan, más cuando se tratan de exigencias, como se demostró en el almuerzo, después cambiado a merienda. Los encargados del séquito de Hasan Rohani dejaron muy claro que no se sentarían a una mesa donde se sirviera alcohol.

Por supuesto que no se trata de vergüenzas cuando nos referimos a grandes obras de arte, sean desnudos o no, ni agasajar con los ilustres caldos que fabrican nuestros vecinos, ni tampoco comportarse, dentro de los ámbitos de la cortesía y la educación, como dicta nuestra sociedad y modo de vivir. Pero según mi criterio, tanto el Vaticano como el Gobierno francés han demostrado tener una exquisita sensibilidad hacia sus invitados.

Estatuas de los Museos vaticanos

Estatuas de los Museos vaticanos (es.noticias.yahoo.com)

Al fin y al cabo el deseo de todo anfitrión es hacer sentir bien a los que le visitan, el objetivo final es compartir un tiempo en armoniosa compañía y llegar a una serie de acuerdos beneficiosos para las dos partes. Poco se conseguiría si de entrada uno de los bandos se siente molesto por lo que está viendo a su alrededor.

¿Obligación de cambiar las normas por que venga una delegación musulmana o de una cultura diferente a la nuestra? Ninguna. Se trata solo de cortesía hacia el invitado, un «esfuerzo» que indica que esa persona nos importa y deseamos que se sienta cómoda y que esta debería agradecer.

Otra cosa es aprovechar la ocasión para expresar la disconformidad en el trato que ese país que nos visita tiene hacia las mujeres, los detenidos políticos o religiosos, los que no comparten sus ideas,…. Reflexionar sobre la conveniencia de hacer negocios con países que mientras maltratan a sus pueblos nosotros los agasajamos. Eso sí podría considerarse una vergüenza.

Activistas han simulado un ahorcamiento en uno de los puentes de París bajo el cartel «Bienvenido Rohani, verdugo de la libertad». Pero no confundamos las reivindicaciones con el protocolo  de recibimiento de invitados en unos actos oficiales.

Acto de protesta ante la visita del presidente Rohani

Acto de protesta ante la visita del presidente Rohani (AFP)

Si en una hipotética visita a Irán, se obligara a vestir, comportarse y actuar de un modo concreto a la delegación extranjera, los que no estarían dejando en buen lugar la famosa hospitalidad oriental serían sin duda los anfitriones. Europa, en este caso, ha demostrado ser capaz de adaptarse para agradar ¿Ellos harían lo mismo? Sospecho que no.

Tú ¿qué opinas? ¿debemos tener estos «detalles» con quien no los tendría con nosotros? ¿Nos estamos pasando de corteses? Te agradeceré los comentarios.

Y si te gustan los temas relacionados con la Comunicación y la Imagen, me alegro que estés aquí. ¿Ya te has descargado completamente gratis mi booklet «Los 5 errores más frecuentes en Protocolo»? Pincha sobre el enlace y lo tendrás de inmediato.

Muchas gracias y ¡nos vemos pronto!.