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La figura de la Reina Letizia es analizada al milímetro en cada aparición pública, el papel que desempeña como consorte del jefe del estado español , sus modelitos, cortes de cabello, oscilaciones de peso, gestos, discursos pronunciados,.. siempre están envueltos en controversias o aplausos. Lo cierto es que el papel de una reina, y más en España, no es nada fácil.
Una plebeya divorciada en palacio
Aunque muchos se pusieron las manos a la cabeza, el deseo (al parecer inamovible) de heredero a la corona de casarse con una joven periodista de origen humilde que además estaba divorciada, fue acogido con bastante normalidad por la sociedad española, A esas alturas a nadie le sorprendía que el futuro rey eligiera como esposa a una reconocida profesional de la televisión con un matrimonio fallido a sus espaldas. Las monarquías europeas llevaban años de divorcios, amantes secretas, y futuras reinas con pasados turbulentos. En definitiva, igual que la sociedad a la que representan.
De profesional de la comunicación a fashion victim
Curiosa su trayectoria desde que entró en la familia real española: A pesar de sus esfuerzos por no ser una princesa/reina “florero”, de lo que más se habla de ella es del nombre de los diseñadores de los outs fits que luce, la procedencia de sus pendientes (es una auténtica fan de estos complementos) o los ¿continuos? retoques estéticos a los que se somete.

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Estoy convencida que le debe de molestar esa repercusión mediática que tiene cualquier aparición suya, ignorando el contenido de sus intervenciones públicas o los numerosas causas a las que se ha entregado con entusiasmo: infancia, enfermedades raras, educación, …
O también, visto que se trata de una batalla perdida, ha optado por destacar en el frívolo mundo de la moda y las tendencias. Me consta que, como gran perfeccionista, es una mujer que pone toda la carne en el asador a cualquier cosa que hace. Con el fichaje de su asesora Eva Fernández es innegable que se ha alzado como una auténtica it girl real.
Distante, madre controladora, obsesiva, rebelde…
Calificativos de este estilo tiene la reina Letizia que leerlos diariamente en la prensa. Así como a su suegro, el rey emérito Juan Carlos o a su suegra, con la que parece que tan bien se lleva, nunca osó la prensa a criticarlos abiertamente, con los jóvenes monarcas todos estamos dispuestos a opinar.
Se critica su actitud altiva y distante, el férreo control que ejerce sobre la educación de sus hijas o la aparente obsesión que tiene por su aspecto (la extremada delgadez, las operaciones de cirugía parecen confirmarlo).

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Que si está demasiado flaca, que es una defensora a ultranza de la alimentación bío, que no se somete al protocolo de palacio y se escapa con frecuencia de incógnito de compras o a visitar antiguas amigas de facultad,… Los cotilleos que levanta la reina de España son innumerables y en ocasiones ofensivos.
Ser reina de España no es sencillo
Sin duda el papel de reina no debe ser nada fácil, estar permanentemente en el punto de mira en una sociedad cada vez menos monárquica donde no solo algunos grupos políticos se declaran abiertamente republicanos sino que el resto de la familia real tampoco ayuda mucho (Juan Carlos con sus continuos devaneos, cuñados sentados en el banquillo de los acusados por corrupción, divorcios oficiales y extraoficiales,…)
Difícil panorama para una mujer que ha demostrado esforzarse al máximo en cumplir con su papel. En un tiempo récord aprendió los entresijos y el protocolo de las casas reales europeas, habla idiomas con soltura, se prepara y estudia en profundidad los temas de cada evento al que asiste y su saber estar en cualquier situación es innegable. Y a pesar de tanta energía los detractores son cada vez más numerosos.
¿Estás de acuerdo? ¿Crees que se trata de una figura privilegiada que no debe provocar compasión? ¿Los reyes merecen un respeto especial? Comenta, nos gustará saber qué piensas.
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Los reyes deben ser absolutos, así habrá pocas críticas.
Bueno, afortunadamente el absolutismo es cosa del pasado. Actualmente por el papel que tienen los reyes de representación de sus países muchos opinan que se les debe un especial respeto mientras que otros piensan que son como cualquier otro ciudadano público. ¡Gracias por comentar!