ong en Gambia

¿Qué hace que unos jóvenes profesionales se embarquen en la aventura de la cooperación a miles de kilómetros de su país, en condiciones a menudo muy complicadas? Traigo hoy la experiencia de Lola Sepúlveda Malchirant y su pareja, Tito Garrosa, que no dudaron en emprender un apasionante viaje al corazón de Gambia, un diminuto país en la costa atlántica africana rodeado por Senegal y con algo más de dos millones de habitantes.

Gambia

A pesar de la distancia he entrevistado a Lola que además nos ha mandado un precioso regalo en forma de vídeo, donde vemos cómo fabrican jabón las mujeres de la comunidad con la que trabaja.

Animadora sociocultural con amplia experiencia en la cooperación internacional, Lola ha trabajado en diversos proyectos en América latina, India y África desarrollando actividades lúdicas y formativas en educación de género. Actualmente trabaja con la ong, Alpicat Solidari , en una zona que se llama Baja Kunda a la que llegó  a través de la comunidad de inmigrantes gambianos en Premià de Mar.

Desde 2001 se ha conseguido un hospital, viviendas para el personal sanitario, una escuela, una cooperativa de mujeres, voluntarios todos los años de diferentes campos y una casa de voluntarios.

«El objetivo para este año- nos cuenta Lola desde Baja Kunda-  y el que viene es construir las viviendas de los maestros y maestras, actualizar la escuela y seguir con las actividades de la cooperativa de mujeres…y en eso estamos mi pareja y yo en Gambia, entre la escuela, los huertos, la cooperativa y el mercado donde vemos a muchas de las mujeres que pertenecen a la cooperativa».

Para conocer un poco más esta sociedad, Lola Sepúlveda nos ha enviado un precioso vídeo de la comunidad en la que vive:

 

¿Cómo os lanzasteis a la aventura de la cooperación?

–  Es impagable la experiencia de viajar en estas condiciones, de convivir con estas mujeres y estas familias. Aprecio lo bueno y lo malo que he experimentado en cada viaje porque me han removido el alma y hacen que la vida me valga y cada día agradezco mi suerte de ser mujer blanca, europea, con acceso a la cultura y con derechos que me protegen…y esto en el sofá de casa no pasa.

«Dónde no llegamos con la palabra llegamos con la sonrisa»

Este blog es un blog de comunicación ¿como os entendéis con una comunidad tan distinta y con una lengua tan diferente de la nuestra?

-La comunicación es lo más importante y a la vez es lo más complicado y lo que más tiempo lleva. En la zona de Gambia donde estoy se habla sarahule, la mayoría de las mujeres no hablan otras lenguas porque no fueron al colegio ya que se las educa para ser esposas y madres, y la alfabetización no es parte de esta formación. Pero tanto ellas como nosotros tenemos lo más importante que son las ganas de entendernos y de acercarnos, así que al principio vas siempre con intérprete, luego aprendes unas palabras en sarahule, ellas aprenden unas palabras en español, cuando coincidimos con alguna adolescente de las que va al colegio y habla inglés pues es un regalo conseguir que nos haga de intérprete a ambas partes para las cosas que queremos entender las unas de la otra. Con el tiempo dejas de ver la lengua como una barrera insalvable porque hay toda una variedad de gestos que integras como parte de esa nueva lengua que hablamos a diario en el mercado, en el camino a los huertos, en el camino al río, ya que donde no llegamos con las palabras llegamos con la sonrisa, con el gesto, con el cuerpo, con los dibujos y sobretodo con la risa que hace que la dificultad sea más amable.

«Sería bueno decir no a aquellos proyectos en los que la contraparte local no se quiere implicar»

pescadores Gambia

-¿Qué es lo peor de la cooperación?

-¡Uf! Bueno, lo peor es cuando no se entiende lo que significa cooperar ni de un lado ni de otro. Cuando desde los países llamados desarrollados se contempla la cooperación en cifras y no se cuenta con la contraparte para construir un proyecto y puede que ni siquiera importe si se hace bien o si cumple con el fin con el que planteó. Eso tiene la consecuencia de que desde los países receptores se contempla la cooperación como una carta a los Reyes Magos, pedir y pedir sin esforzarse ni lo más mínimo. Y al final se les da, porque si los fondos están concedidos hay que ejecutar en plazo y justificar. Sería bueno decir no a aquellos proyectos en los que la contraparte local no se quiere implicar aunque esté concedida la subvención y destinar esos fondos a otros proyectos,  porque hay que entender que la cooperación llega hasta donde llega y la comunidad receptora es la responsable de aprovechar esos recursos para procurarse mejores condiciones…o de no hacerlo, en cuyo caso sigue siendo responsable y en esos casos la cooperación al desarrollo resulta inútil (y esto es muy complicado de entender por las ong).

-¿Y lo mejor?

Así como lo peor es la no implicación, lo mejor es cuando hay una colaboración y un creerse el proyecto por ambas partes, entonces se construye, se cuidan las cosas, hay interés por la formación y entonces se está generando una opción de un futuro más amable para la comunidad, es un regalo ver cada avance por pequeño que sea, cada esfuerzo merece la pena y si en un determinado momento la ong se puede retirar y el proyecto sigue su curso y es autónomo entonces habrá valido la pena porque se ha hecho un buen trabajo . Y si haces que tu trabajo valga la pena entonces todo este tinglado tiene sentido.

Dejamos a Lola con sus tareas y disfrutando cada minuto que pasa con esta gente sencilla y alegre. No sin antes agradecerle su generosidad y el bonito regalo que nos ha hecho. ¡Mil gracias campeona!

Y tú ¿que opinas? Es importante la labor de las ongs o se está mal acostumbrando a los países subdesarrollados a valerse por si mismos. Deja tus comentarios, nos encantará. ¡Hasta la próxima!