Black Friday, Cyber Monday, Open Night,… y mañana Navidad. Parece que todo el mundo se ha puesto de acuerdo para ir calentando el ambiente de cara a diciembre o que se ha propuesto que nos quedemos sin un céntimo con la excusa de aprovechar ofertas.
Cada vez es más sencillo comprar online, los expertos en marketing se devanan los sesos para ofrecernos ganchos irresistibles y hacernos creer que no podemos vivir sin este u otro producto, y para colmo los establecimientos físicos también utilizan sus trucos. No podía creer lo que oí de boca de una experta sobre que las ruedas «defectuosas» de los carritos en los supermercados están así a propósito para arrojarnos hacia los lados de los pasillos y así obligarnos a mirar con tal de no estamparnos contra las estanterías (!)
No se si el post de hoy tiene que ver mucho con Comunicación, pero sin duda en el proceso de compra se desarrolla todo un sistema comunicativo para atraernos, crearnos la necesidad, el deseo y movernos a la acción. Después podemos sentirnos eufóricos porque hemos conseguido algo a un precio increíble o miserables, al reconocer haber sido engañados por nuestra propia mente. No te has preguntado alguna vez: «¿Pero por qué me he comprado esto si no me hace ninguna falta?»
Todos somos fans de algún tipo de producto: algunas mujeres mueren por los zapatos, otras por las paletas de sombras de ojos, muchos hombres no pueden resistirse a comprar zapatillas deportivas o gadgtes electrónicos, se de uno, especialmente pacífico y poco dado a la vida al aire libre, que tiene más de 20 tipos diferentes de cuchillos, machetes y demás objetos cortantes (?) ¿Podemos vivir sin ellos? Sin duda, entonces ¿por qué lo hacemos?
Vivimos en una sociedad ávida de consumir con impulsos externos continuos que nos hacen sentir que la felicidad depende de poseer o no la última tendencia en moda, el último «smart phone», un frasco más de perfume aunque acumulemos unos cuantos en el baño,…
Ahora con la llegada de diciembre la locura se desata, no voy a repetir algunos consejos que escribí hace un par de años para salir ilesos de la vorágine de compras y comilonas navideñas, te dejo mi artículo «Navidad ¿entrañable o detestable?»
Seguro tienes algún truco para sobrevivir a estas fechas que nos gustaría conocer. Déjalo en Comentarios, te lo agradeceremos.
Y como no voy a ser menos que el resto del mundo ¿Qué te parece regalar algo original y útil? Mi curso online Claves para Mejorar la Imagen Profesional te hará quedar estupendamente con esa persona que tiene de todo.
Alegría, salud y que la fuerza te acompañe en las próximas semanas. Nos vemos pronto.
Cuando sientas la tentación irresistible de comprar algo, date una vuelta y vuelve a planteártelo al unas horas después o, mejor, al día siguiente
Gracias Luis por tus consejos, poner espacio de reflexión siempre es bueno. Aunque los vendedores son muy listos y te ponen la presión de la «escasez»: que la oferta se acaba en pocos minutos, que ya quedan pocos artículos en existencia… Pero tenemos que ser fuertes. Un gusto contar con tu opinión 🙂
Muy buen artículo, yo en diciembre intento siempre ajustarme a un presupuesto, priorizar en cuanto a lo que realmente necesito y algo que me funciona de maravilla, llevar el dinero justo establecido en mi presupuesto, asi no corro el riesgo de no poder parar, aunque debo admitir que e esta última herramienta del dinero justo no la utilizo todo lo que debería, me cuesta ir exacta,¿ y si veo algo que ne enloquece y no puedo llevarlo? jeje ese es el problema… A ver como me va estas navidades, por lo menos lo intentaré.
Buen tip lo de ajustarse a un presupuesto Sonia. Lo malo son las compras por Internet que echas mano de tarjeta y ahí… se controla menos. ¡Muchas gracias! Tomo nota e intentaré copiarte 🙂
Elena has plasmado lo que muchas pensamos…»¿De verdad lo necesito? Pero es que por ese precio no lo puedo dejar pasar!!»
El blackfriday es la «excusa» perfecta para consumir y dejarte seducir por tus caprichos… Pero sinceramente me he sentido abrumada por tantas ofertas y reconozco que algo no he podido dejar pasar… Pero como tú dices la mente te engaña y te hace creer que lo necesitas.
Un consejo sería: irse de compras a tu armario y descubrir antiguos amores. Seguro que encuentras cosas que te sorprenden y sacian la sensación de «estrenar algo».
¡Genial Tania! Eso de «ir de compras a nuestro armario» es todo un descubrimiento. ¿Cuantas cosas que compramos hace tiempo y olvidamos son un placer recuperar? Un gesto al que deberíamos aficionarnos. Mil gracias.