¿Por qué unos alumnos consiguen mejores resultados que otros? ¿Por qué hay quien, independientemente de sus capacidades, alcanzan el éxito o la satisfacción personal más fácilmente? La respuesta está en su actitud, en cómo encaran las cosas.
Cuando daba clases en la universidad Anáhuac de México, entendí donde estaba la clave: Actitud y esfuerzo, son el tándem perfecto para aprender más, sentirse más seguro, conseguir metas,…
Muchos años después tanto en presencial como online, los cientos de alumnos que he tenido el gusto de ayudar a aprender me han demostrado que si quieren consiguen resultados impresionantes.
Después de demasiadas semanas, vuelvo con un tema que es de mis favoritos. Lamento la ausencia para los que me esperáis, pero quiero escribir y grabar vídeos de cosas interesantes sin atender a calendarios, ni meterme prisa. (Como blogera no creo tenga gran futuro).
Respecto al aprendizaje, coincido plenamente con el copy Javi Pastor que hablaba hace unos días en uno de sus podcast de la Ingeniería Inversa
Y de la formación podemos saltar a cualquier ámbito donde la actitud nos asegura el éxito. ¡Qué diferente puede ser una situación si la afrontamos de forma distinta…! Hace meses publiqué un vídeo sobre Los 3 contratiempos diarios
Aunque puedo pecar de optimista recalcitrante 🙁 ¿Estás de acuerdo conmigo? ¿Tienes alguna situación para comentar que demuestre que acierto o me equivoco? Cuéntanoslo, lo estamos esperando.
Nos veremos pronto.
Hola, estoy de acuerdo que la actitud y esfuerzo, son el tándem perfecto para aprender más, sentirse más seguro pero no para conseguir metas yo pienso que depende de tu personalidad, de tu entorno y por qué no, también de tu destino o de la suerte.
Como muchas personas y sobre todo jóvenes, están muy preparados y por cualquier mínimo motivo no consiguen trabajar o realizar sus sueños.
También puede ser que no soy tan optimista como tú, ni la gran experiencia docente que tienes pero sigue así, cuando te leemos nos transmites un poco de ti. Un abrazo
Mi querida Paloma, tienes razón, entorno, destino o suerte tienen su parte para alcanzar metas. Pero que por nosotros no quede 🙂 Gracias por comentar.
Tienes razón y la actitud el el motor de la persona.
Siempre hemos de ser positivos ante todo, no es fácil pero ¿qué hay fácil y productivo en la vida?
Jajaja, es verdad Raúl, la vida no es fácil, pero con actitud mejora seguro. ¡Me alegro de verte por aquí! Gracias por comentar.
Hola, yo la actitud la llevo bien cuando son temas que me hacen crecer, incluyo el propio trabajo por el que, creo siempre me he sentido motivada, pero tras 25 años en la misma compañía, mi actitud cambia , porque soy crítica y mordaz y sé que no debería.
A veces pienso que parece mía la compañía, y que tengo que involucrarme menos.
Gracias por tus serenas palabras, así me gustaría transmitir a mi siempre.
Un abrazo profe,
Mi querida tocaya y alumna aventajada, ahí creo que se esconde la cuestión para volvernos más apáticos, agrios, mordaces,… Todo cansa y cuando lo das todo, o casi todo, sin resultados alentadores de vuelta ¿quien piensa en poner actitud al asunto? La experiencia, el estar de vuelta de todo puede suponer un problema para ilusionarse. Pero creo (de vuelta de nuevo al optimismo recalcitrante) que tenemos que hacer algo, sobre todo por nosotras. Una actividad profesional prolongada, una relación sentimental de muchos años, un «más de lo mismo» nos puede llevar a la dejadez. ¿Podemos cambiarlo con nuestra actiud? Un besazo grande.
Buenos días, y gracias por tus aportaciones magistrales. Siendo como tú un optimista, me gustaría subrayar algunas cosas al respecto de los efectos de la actitud, y que creo no se pueden obviar, porque subyacen inconscientemente.
Psicológicamente la actitud puede hacerse tangible en tres campos, el de la conducta, el del pensamiento o el de las emociones. Creo que actuar para que afloren las terceras (aparezcan; siempre las buenas, claro), provocará indefectiblemente la activación del segundo, que más o menos estructurado, dará paso al primero. Ésta labor, que pudiera resultar ardua dependiendo de cada persona a la que nos dirijamos (desde la perspectiva del docente, informador o comunicador), debería ir acompañada siempre de lo que yo llamo «0 juicios a priori». Qué voy a decir si de quien se trata es de uno mismo expuesto al aprendizaje.
Estoy convencido de que el esfuerzo realizado en pro de no poseer prejuicios, es básico para el fluir del interés, la atención y el amor por lo que estemos haciendo. Y demostrado está que las cosas, las ideas y las personas reposan mejor en nuestra memoria, y con menos esfuerzo, asociadas a esos procesos si es que conseguimos salvar ese pequeño escollo. Creo sinceramente en que el esfuerzo debe estar ahí, porque no es sostenible (o al menos agota) una perenne lucha.
Mi experiencia: disponte, analiza, y si no, a otra cosa (hay muuuchas, muchas cosas muy interesantes, y de personas, ya no hablo). La actitud tiene un componente social y educativo, del que opino no nos podemos desprender.
Siento haberme alargado. Disculpas; y saludos a todos.
Mi querido Pierre, me dejas si palabras. Tú las has dicho casi todas 😉 Ahora en serio, ¡qué difícil es no prejuzgar! Las «ganas», el «poner de nuestra parte», el «no sucumbir al desánimo», nos ayuda a vivir mejor y a conseguir nuestros objetivos. Si encima lo hacemos sin juicios previos… ya ¡nos salimos! Muchas gracias por tus comentarios siempre profundos. Un abrazo sincero.