
Foto Vogue.es
Después de un par de años metida en esto del marketing digital, mi escuela online, el Personal Branding y Redes Sociales me estoy hartando.
Hartando de…
Blogueras divinas luciendo modelitos carísimos y regalados, fotos de sus desayunos, muy «healthy» en lugares elitistas, instantáneas de sus vidas felicísimas con famlias, amigos y mascotas adorables.
Marketeros a los que les va «de la muerte» e intentan enseñarte como consiguieron 100.000 suscriptores en una patada. Cuando lo intentas compruebas que «ni de coña». Claro, no mides ni analizas el SEO, ni te descargas los 1000 mejores plugins para WordPress y sobre todo no creas contenido de valor de más de 1000 palabras cada 20 minutos. Todo para enamorar a tu audiencia, o lo que es lo mismo, a ver si les vendes algo que aquí no hay quien compre.
Hasta el gorro estoy de inglesadas del estillo It girl, outfit, customer service, wending planner, community manager, little black dress o key words. Sí, ya se que no tienen nada que ver unas palabras con otras y no conviene mezclar «churras con merinas», o como dice una buena amiga: «churras con meninas» de modo más elocuente.
Para colmo en España (por si alguien no se ha enterado todavía) estamos de campaña electoral, de hecho, llevamos casi un año en ese plan, con propuestas, debates, ataques, puñaladas traperas, panoramas idílicos u apocalípticos, (según sea al analista o candidato).
Pero ¿en qué mundo estamos? Vivimos la vida de otros, la que queremos que crean que vivimos. Colgamos fotos en Facebook o Instagram mostrando nuestra existencia «cool». Buscamos lo «políticamente correcto» rozando la ñoñería más ridícula, no vayamos a liarla con nuestros seguidores y seguidoras. Ojo, muy importante el feminizar el sustantivo, no nos llamen «machistas».
¡Oh, NO! Mi marido acaba de decirme que hay 60 géneros según el colectivo LGTB (Lesbians, Gays, Transexuales y Bisexuales) que pretende enfatizar la diversidad de las culturas basadas en la sexualidad y la identidad de género. Esto unido a la propuesta de repintar los pasos de cebra en Madrid con los colores del arco iris… me da que he tomado algo ilegal sin saberlo.
Lo dicho: hartita estoy, así que de momento cierro el chiringuito y me voy a «flotar».
Gracias por tu interés y nos vemos pronto.