En esta ocasión quiero hablar de la ya famosa marca personal o “personal branding”. ¿Qué es exactamente? Y ¿por qué se ha convertido en prioridad uno de profesionales independientes?

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Todos queremos tener una buena imagen que transmita profesionalidad, seguridad, dominio del campo laboral en el que nos movemos. Sabemos que no siempre se consigue, ya que en los primeros segundos de conocer a una persona ya nos hemos hecho una idea bastante completa que será muy difícil de cambiar.

Si a esto unimos que ahora con las redes sociales, se nos puede “conocer” en diferentes ámbitos: de vacaciones con las fotos que hemos subido a Instagram, los comentarios que hemos retwitteado, la canción o la última fiesta que compartimos en Facebook, … ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo construir esa marca personal que nos «deje bien» en cualquier situación?

¿Transmitimos adecuadamente lo que nos gustaría que los demás pensaran de nosotros cuando ven nuestro perfil? ¿Proyectamos una imagen real de nuestra valía laboral? Difundir un personal branding eficaz en Social Media contribuirá, en gran medida, a promover una imagen profesional de nuestro perfil. No podemos olvidar que nosotros somos nuestra marca y tenemos que abordarla como un TODO.

Con las nuevas tecnologías, las redes sociales, teléfonos inteligentes, tabletas,… estamos más expuestos que nunca, vivimos en un escaparate donde en tiempo real nuestros seguidores, y los que no lo son, saben exactamente qué estamos haciendo, dónde, con quien, qué compramos, qué nos gusta, lugares favoritos,… Lógicamente no podemos construir una realidad en torno a nosotros mismos totalmente falsa, pero si debemos prestar atención a mostrar cierta coherencia y medir el grado de exposición al que nos estamos sometiendo.

Si por nuestro trabajo debemos estar presentes en las redes sociales, si necesitamos una web, todas las acciones que realicemos deben ir orientadas a la construcción de esa sólida marca personal: Imagen, comunicación, cortesía y diferenciación, cuatro pilares sobre los que iniciar ese edificio que nos representa tanto personal como profesionalmente.

A grandes rasgos. Imagen natural, pulcra, cercana, sin artificios ni estridencias, que potencie nuestras habilidades. Una imagen coherente con nuestra profesión y modo de vida (mejor tendiendo a perfil bajo). Comunicación efectiva, asegurémonos que nuestro mensaje llega correctamente. En mis clases de comunicación insisto en que si alguien no entiende lo que le estamos diciendo, el problema no será nunca del receptor, sino del emisor que no ha sabido transmitir adecuadamente. Comprobemos constantemente el retorno.

La educación: El Protocolo no es otra ciencia que la que se ha especializado en educación y cortesía, que vela para que todo el mundo sea tratado con la deferencia y mimo que merece. Seamos nosotros los primeros en ofrecer ese trato cordial y amable, no tardaremos en recibirlo de regreso.

Y por último la diferenciación, la clave reside en conocer lo que tenemos que otros no tienen (o, al menos, saber cómo ofrecerlo de manera diferente). Aqui no valen perfiles bajos. Ese mensaje de diferenciación es lo que hará que nuestra marca sea única y atraiga a otros a querer formar parte de nuestra red. “Si escondes tus éxitos, permanecerán inadvertidos. Si no te promocionas a ti mismo, nadie más lo hará” afirma Marta Morales, periodista y community manager española, especialista en redes sociales, de la que recomiendo vivamente su blog.

Teniendo claras estas cuatro bases la marca personal ya es cuestión de pequeños detalles que, como todo lo pequeño, unidos hacen grandes cosas.

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